Frente a las variedades tradicionales que se producían por hibridaciones o mutaciones espontáneas, adoptadas por los agricultores por sus condiciones agronómicas o de calidad, que cedían su material de multiplicación a otros o a viveristas más o menos especializados, las nuevas variedades suponen un esfuerzo de mejora cuya propiedad intelectual e industrial protege la ley.
Dar a conocer las características de las variedades existentes y de las nuevas que van siendo obtenidas por el esfuerzo de decenas de centros tecnológicos de nuestro país es el objetivo de esta sección de la plataforma.